Justo ayer 12 de octubre de 2014 hizo un mes que ya no estás entre nosotros y aunque llevo ya días dándole vueltas a unas líneas que te estoy escribiendo, las cuales no llegan a expresar lo más mínimo la pérdida sufrida tras tu repentina partida, es ahora cuando le estoy terminando de dar forma.
En el mismo momento en que me enteré que no estabas entre nosotros, me empezaron a venir a la mente un sinfín de recuerdos que no podría plasmar sobre el papel, porque se podrían contar muchas anécdotas vividas juntos, unas absurdas y otras en las que hablábamos de aquello que nos preocupaba.
Ahora entiendo la letra de esa canción que dice "algo se muere en el alma cuando un amigo se va", ya que los amigos son esa familia que uno elige de forma libre.
Te dedico estas palabras, Jesús Fernández Herrera, que como digo no llegan a expresar ni mucho menos lo que siento por tu pérdida, pues hemos sido mutuamente una "vía de escape".
Son,
por tanto, una forma de expresar este vacío que no sólo dejas en mí sino en
todas esas personas que hemos tenido la dicha, el placer y la suerte de
conocerte.
Te
fuiste sin decir adiós,
dejando
con tu marcha un gran vacío.
Te
recordaré siempre amigo,
aunque
no podré sorprenderte más
con un
trozo de tiramisú,
pero
seguro que cada vez que lo prepare:
su
aroma, tú percibirás
desde
el lugar en que te encuentres.
Y a
pesar de que tus labios
no lo
dirán nunca más
en mi
cabeza retumbará esa frase
que tú
siempre dices:
“Dios
te conserve esas manos”.
En ese
lugar de júbilo donde estás
la
música siempre sonará,
ya que
ella siempre te acompaña,
predominando
los sonidos eurovisivos.
Este
verano hemos disfrutado
de
rutas turísticas, tomar unos vinos,
tomar
un helado o salir de marcha,
pero,
sobre todo, para desahogar
nuestras
almas de aquello que nos preocupaba
y
expresar unas ilusiones
por
irrisorias que éstas fueran,
pero
que nos hacían tener esperanza.
Queda
en mi retina la despedida
junto
al Patio el Rubio
antes
de dejaros rumbo a casa,
mientras
amanecía y os deseaba
que
disfrutaseis mucho de ese viaje
que te
llevaba a Grecia
junto a
Cachi, tu hermano.
Seguirás
siempre vivo en aquellos
que te
conocimos
porque
con tu forma de ser
te
ganaste a todos los que tuvimos
la
suerte de ser parte de tu vida.
Vuela,
vuela, sobre los paisajes idílicos de Islandia.